La Plenitud De Su Presencia

Por el Rev. Dr. Felix Colon Ph. D

Al hablar de la presencia de Dios, estamos tratando con la plenitud de la gloria de Dios. La plenitud de la presencia de Dios.

Al hablar de la presencia de Dios, estamos tratando con la plenitud de la gloria de Dios. La nube y la columna de fuego en el desierto. El viento recio que dividió el mar en dos para que el pueblo pasare en seco hacia la tierra prometida, la plenitud de su presencia manifestada en el monte donde se escucharon truenos y relámpagos, el poder manifestado al derrotar a los enemigos de los hijos de Israel, la gloria manifestada en el Hijo de Dios, Jesucristo, por lo cual la Biblia dice: por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud (Col 1:19). Es de esta presencia que estamos hablando. La gloria de Dios manifestada en plenitud, la presencia, la esencia total del Dios omnipotente, de la presencia de la trinidad en medio de nosotros.

Debemos entender que en la plenitud de Su presencia esta toda bendición que podamos anhelar, aprender de aquellos que estuvieron cerca de Su presencia

Una breve exposición de la plenitud de la presencia de Dios. Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en el huerto, al aire del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto (Gen 3:8).

ÿ Nuestros padres Adán y Eva vivían en la presencia de Dios. El mismo Dios del huerto del Edén es el mismo Dios de hoy. Esto quiere decir que ellos podían experimentar la presencia de Dios sobre sus vidas de manera continúa, todos los días, Dios bajaba al huerto del Edén para hablar con sus hijos. La trinidad misma, Padre, Hijo y Espíritu Santo, teniendo un contacto directo con Adán y Eva.

ÿ Y él dijo: Mi presencia irá contigo, y te daré descanso. 15Y Moisés respondió: Si tu presencia no ha de ir conmigo, no nos saques de aquí (Exo 33:14-15). A través de esta declaración puedo entender que Moisés conocía la presencia de Dios. Seguramente recordaba la experiencia de la zarza y de cada milagro en Egipto y en el desierto. Sin duda que Moisés experimento la presencia de Dios en muchos momentos de su vida, sabía lo que era estar en Su presencia. Algo muy importante que puedo observar en esta historia es que Moisés sabía apreciar la presencia de Dios. Tanto que prefería continuar de vagabundo en el desierto con Dios, que salir de ahí sin su presencia.

ÿ Felipe le dijo: Señor, muéstranos el Padre, y nos basta. 9Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre? (Jua 14:8.9). Felipe esta pidiéndole al Señor que le mostrara al Padre. En realidad le estaba pidiendo que le mostrara la plenitud de la gloria de Dios. Tal vez Felipe tenía presente en su memoria el momento en que Dios manifestó su gloria a los hijos de Israel en el desierto. Es probable que los discípulos del Maestro deseaban ver las manifestaciones de la gloria de Dios como les sucedió a sus antepasados. Pero ahora el Señor le contesta de esta manera (parafraseado): ¿Deseas ver la gloria de Dios en su plenitud?. ¿Tanto tiempo he estado contigo y no te has dado cuenta que YO soy la plenitud de la gloria de Dios?. ¡El que me ha visto a mí ha visto al Padre!. Jesús estaba diciendo: No ves relámpagos y truenos saliendo de la montaña, pero estas viendo que el fuego de Dios esta sanando los enfermos y echando fuera los demonios. ¡Aleluya!.

Puedo observar varios aspectos por los cuales no se percibe la presencia manifiesta de Dios: Insensibilidad, no lo han experimentado, indiferencia, falta de disposición, apatía, religiosidad, prejuicios. ¡En otras palabras, Jesús era la plenitud de la presencia de Dios!. La Palabra dice que al Padre le plació que en Cristo estuviera toda la plenitud.

ÿ Bienaventurado el que tú escogieres y atrajeres a ti, para que habite en tus atrios; Seremos saciados del bien de tu casa, de tu santo templo (Sal 65:4). Esta palabra del Salmista nos declara la bendición de habitar en los atrios de Dios, es decir en la presencia de nuestro Padre. El Salmista declara que seríamos saciados del bien de la casa de Dios. Al respecto, Dios le promete a Moisés: Yo haré pasar todo mi bien delante de tu rostro (Exo 33:18-19). En esta frase, Dios le estaba diciendo a Moisés que no ocultaría absolutamente nada de todo lo que hay en Su presencia, todo lo podría tener Moisés a su disposición. Dios habla de que nos mostraría los tesoros escondidos (Isa 45-3). Sin duda que David aprendió esta gran verdad, y lo declaró de esta manera: Anhela mi alma y aun ardientemente desea los atrios de Jehová (Sal 84:2). ¿Por qué este hombre, un ser humano, como usted y como yo, deseaba de una manera tan intensa, estar en la presencia de Dios?. Él decía: Porque mejor es un día en tus atrios que mil fuera de ellos (Sal 84:10). ¡Que declaraciones tan llenas de ilusión y esperanza!. ¡Seguramente él sabía lo que había en la presencia de nuestro maravilloso Dios!. ¡Aleluya!.

ÿ ¿Alcanzará nuestra mente finita entender la abundancia que puede haber en los atrios de Jehová, en la plenitud de Su presencia?. Veamos la primer experiencia de Moisés al estar en la presencia de Dios: Apacentando Moisés las ovejas de Jetro su suegro, sacerdote de Madián, llevó las ovejas a través del desierto, y llegó hasta Horeb, monte de Dios. 2Y se le apareció el Ángel de Jehová en una llama de fuego en medio de una zarza; y él miró, y vio que la zarza ardía en fuego, y la zarza no se consumía. 3Entonces Moisés dijo: Iré yo ahora y veré esta grande visión, por qué causa la zarza no se quema. 4Viendo Jehová que él iba a ver, lo llamó Dios de en medio de la zarza, y dijo: ¡Moisés, Moisés! Y él respondió: Heme aquí. 5Y dijo: No te acerques; quita tu calzado de tus pies, porque el lugar en que tú estás, tierra santa es. 6Y dijo: Yo soy el Dios de tu padre, Dios de Abraham, Dios de Isaac, y Dios de Jacob. Entonces Moisés cubrió su rostro, porque tuvo miedo de mirar a Dios (Exo 3:1-8).

Moisés cubrió su rostro porque tuvo miedo de mirar a Dios. ¡Esto quiere decir que el Dios que hizo todas las cosas estaba frente a frente delante de Moisés!. ¡Que experiencia, la plenitud de la gloria de Dios manifestada delante de un ser humano!. Moisés se acostumbró a vivir bajo esta experiencia, tanto que le decía a Dios que prefería Su presencia a la mejor tierra que le pudiera dar. ¡No podemos comparar la gloria de la plenitud de Su presencia con nada!.

ÿ Y aconteció que descendiendo Moisés del monte SINAB con las dos tablas del testimonio en su mano, al descender del monte, no sabía Moisés que la piel de su rostro resplandecía, después que hubo hablado con Dios. 30Y Aarón y todos los hijos de Israel miraron a Moisés, y he aquí la piel de su rostro era resplandeciente; y tuvieron miedo de acercarse a él (Exo 34:29.30). Al estar en la plenitud de la presencia de Dios, el rostro de Moisés resplandeció de tal manera que le tuvieron miedo de acercase a él. Sabían que había estado en la presencia de Dios.

Los religiosos llevaron a Pedro y a Juan para interrogarles por la sanidad del cojo del templo la hermosa. La Biblia dice: Entonces viendo el denuedo de Pedro y de Juan, y sabiendo que eran hombres sin letras y del vulgo, se maravillaban; y les reconocían que habían estado con Jesús (Hech 4:13). Oyendo estas cosas, se enfurecían en sus corazones, y crujían los dientes contra él. 55Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, puestos los ojos en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús que estaba a la diestra de Dios, 56y dijo: He aquí, veo los cielos abiertos, y al Hijo del Hombre que está a la diestra de Dios (Hech 7.54-56).

¡Todo aquel que ha estado en la presencia de la plenitud de la gloria de Dios, como Moisés ante Jehová de los Ejércitos, o como Pedro y Juan ante Jesús, tendrá que mostrar el resultado de la presencia de nuestro Dios!. La experiencia de Pedro y Juan ante los religiosos: Entonces viendo el denuedo de Pedro y de Juan, y sabiendo que eran hombres sin letras y del vulgo, se maravillaban; y les reconocían que habían estado con Jesús. 14Y viendo al hombre que había sido sanado, que estaba en pie con ellos, no podían decir nada en contra (Hech 4.13-14). Cuando la gloria de Dios es manifiesta, nadie puede decir nada en contra.

Experimentando Su presencia. Aconteció que al tercer día, cuando vino la mañana, vinieron truenos y relámpagos, y espesa nube sobre el monte, y sonido de bocina muy fuerte; y se estremeció todo el pueblo que estaba en el campamento. 17Y Moisés sacó del campamento al pueblo para recibir a Dios; y se detuvieron al pie del monte (Exo 19:16-17).

ÿ Esta fue la manifestación de la presencia de Dios en el desierto. El Dios creador de todas las cosas se hacía presente en aquel lugar y manifestaba su presencia. Rápidamente, Moisés saca al pueblo para recibir a Dios. ¡Que situación tan tremenda!.

Jesús pasó al otro lado del mar, y en una ciudad llamada Gadara. Había en aquel lugar un endemoniado, en cuanto vio a Jesús aquel hombre corrió y se puso de rodillas delante del Señor. Cuando los demonios salieron de aquel hombre, dice la escritura: Al entrar él en la barca, el que había estado endemoniado le rogaba que le dejase estar con él. 19Mas Jesús no se lo permitió, sino que le dijo: Vete a tu casa, a los tuyos, y cuéntales cuán grandes cosas el Señor ha hecho contigo, y cómo ha tenido misericordia de ti. 20Y se fue, y comenzó a publicar en Decápolis cuán grandes cosas había hecho Jesús con él; y todos se maravillaban (Mar 5:18-20). ¿Qué sucedió?. La plenitud de la presencia de Dios manifestada en Jesucristo trajo la libertad en la vida de aquel hombre atormentado por demonios. Aquel hombre no podría ser el mismo. Cuando la gente llegó a aquel lugar, la Biblia dice que encontraron al que había sido atormentado del demonio, y que había tenido la legión, sentado, vestido y en su juicio cabal; y tuvieron miedo. Enseguida se convirtió en un predicador.

¿Quién puede experimentar la gloria de Su presencia y quedarse callado?. Pedro y Juan contestaron al concilio de los religiosos: porque no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído (Hech 4:20). Lo que tu necesitas y lo que el mundo necesita en este tiempo, es experimentar la plenitud de Su presencia. ¿Que puede haber difícil para nuestro Dios?.

ÿ Dios renueva Su pacto con el pueblo de Israel diciendo: He aquí, yo hago pacto delante de todo tu pueblo; haré maravillas que no han sido hechas en toda la tierra, ni en nación alguna, y verá todo el pueblo en medio del cual estás tú, la obra de Jehová; porque será cosa tremenda la que yo haré contigo (Exo 34:10). Vemos en este pasaje tres cosas muy importantes de la presencia de Dios. Primero, Dios dice: haré maravillas, es decir, Dios mismo traerá Su gloriosa presencia para hacer cosas tremendas. Segundo, y verá todo el pueblo, esto quiere decir que lo que Dios hará será visto por todo el pueblo. Y tercero, la que yo haré contigo, Dios esta hablando del trato personal que tendrá con cada persona. Esta promesa tan enorme debemos de transmitirla para nosotros. Es decir, debemos de apropiarla para nosotros como una palabra Rema.

ÿ Es correcto poder leer la Biblia y ver las maravillas de Dios manifestadas en otras personas, pero que de mí. Había una mujer con flujo de sangre, la Biblia dice que hacía 12 años estaba enferma, había invertido todo su dinero en médicos y continuaba enferma. Al leer esta historia en la Biblia podemos decir: ¡Que tremendo, al tocar el borde del manto del Señor quedó totalmente sana!. Pero debo de preguntarme: ¿Y yo que?. ¡Hay buenas noticias, la Biblia dice: Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos (Heb 13:8).

¡Toma esta palabra para ti!. Tres cosas sucederán cuando experimentes la plenitud de Su presencia: Dios tratará personalmente contigo, hará maravillas y las verá todos aquellos que e rodean. Aquél hombre se había aprovechado de su propio pueblo, más pasando Jesús cerca de él, le dijo que era necesario pasar a su casa. La presencia de Dios manifestada en plenitud a través de Jesucristo se estaría manifestando una vez más. Entonces Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: He aquí, Señor, la mitad de mis bienes doy a los pobres; y si en algo he defraudado a alguno, se lo devuelvo cuadruplicado. 9Jesús le dijo: Hoy ha venido la salvación a esta casa (Luc 19:8-9). La vida de un hombre transformada, ya no importaba tanto la economía, ahora lo importante era conocer, experimentar y vivir en medio de la presencia de Dios. Seguramente puedes decir después de esta historia, ¿y yo que?.

La experiencia de la plenitud de Su gloria es para los hijos de Dios, para aquellos que se esfuerzan para lograr atrapar la gloria de Dios. El gran siervo Job dijo: ¡Quién me diera el saber dónde hallar a Dios! Yo iría hasta su silla (Job 23:1-3). Este gran siervo a quién Dios mismo calificó con perfecto y apartado del mal, anhelaba de tal manera la presencia de Dios que en un grito desesperado pidió que alguien le dijera donde encontrar la plenitud de su presencia

El ciego Bartimeo no detuvo sus gritos desesperados, ¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí! (Mar 10:47). Él sabía que tenía que atrapar la plenitud de la presencia de Dios manifestada en Jesús. Nadie lo podría detener, estaba ciego y deseaba la vista. ¡No te detengas, tú necesitas la plenitud de su presencia!. Él sabe contestar a cada petición. Acude a Él, Jesús desea manifestar nuevamente Su gloria sobre ti. ¡Aleluya!.

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